Esperaría que no te asuste
este instante de sinceridad;
mi corazón
vomita su verdad.
Es que hay una guerra entre dos
por ocupar el mismo lugar;l
a urgencia
o la soledad.
La soledad fue tan sombría
que no te dejó encontrar
tu naturaleza divina.
La urgencia ganó esta vez,
dispuesta a penetrarte,
prepotente y altiva.
Por las noches la soledad desespera
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