Dime que me piensas, aunque sea un ratito. Dime que dices mi nombre, aunque sea bajito. Dejame creer que he dejado huella en tu inconsciencia. Que me suspiras de vez en cuando, que me jadeas de vez en mes.
Dime que hay otras manos que te recuerdan las mías. Sugiéreme que de cuando en cuando, querrías que fueran las mías.
Solo así empezaría a tener sentido el echo de que aún aquí y ahora, aún después de todo, de tanto tiempo, yo te siga pensando, nombrando, suspirando y jadeando y buscando tus manos en otras parecidas. Solo así dejaría de creer q el problema es solo mío, y tendría la esperanza de que todo esto algún día pasará.
sábado, 22 de agosto de 2009
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